Recorriendo Iguaque, tesoro ancestral

titularMaderaIguaque se encuentra ubicado en el departamento de Boyacá, a 9 kilómetros de Villa de Leyva. Un santuario de Fauna y Flora es un lugar destinado a la preservación de especies o comunidades vegetales. En Iguaque se pueden encontrar los siguientes ecosistemas: bosque seco montano bajo, bosque andino, bosque altoandino, páramos y humedales paramunos de origen glaciar. Adicionalmente se encuentra asociada un tipo de vegetación seca o subxerifítica de especial interés para la conservación.

Sin embargo, Iguaque no solo es importante por su potencial biológico, ya que este territorio es reconocido especialmente por su valor ancestral. Según la tradición muisca la laguna de Iguaque representa la cuna de la humanidad y “peregrinar hasta la laguna permite limpiar el alma y purificar el espíritu” indican los guías de la Unidad de Parques.

Teniendo en cuenta lo anterior, el equipo interdisciplinario del Movimiento Ambientalista Colombiano se desplazó hasta este maravilloso lugar con el objetivo de realizar este recorrido de interpretación ambiental, ascendiendo por los senderos de las montañas hasta la laguna sagrada de Iguaque.

Nuestra jornada comenzó el 25 de junio, cuando salimos de madrugada desde la ciudad de Bogotá. Después de 3 horas de viaje por carretera llegamos a la hermosa Villa de Leyva donde tuvimos la oportunidad de visitar la casa museo Antonio Nariño y la casa museo Antonio Ricaurte. Escenarios muy interesantes para el encuentro con la historia de nuestro país. En la noche compartimos nuestros conocimientos y experiencias a partir de la socialización de los capítulos del libro “El perro a cuadros”.

Al día siguiente, al amanecer emprendimos nuestro recorrido en carro hasta la entrada de este maravilloso parque nacional natural, ubicado a 2400 msnm.

iguaqeAntes de iniciar la caminata realizamos un acondicionamiento físico para preparar nuestro cuerpo y mente para el ascenso. Una vez en el sendero ingresamos al maravilloso ecosistema del bosque andino, atravesamos el puente de la quebrada el Carrizal y nos deslumbramos con la hermosa escena de la piedra con forma de cabeza de serpiente, la cual nos anunciaba la gran belleza y mística de nuestra travesía.

Posteriormente llegamos a un lugar abierto, con vegetación de menor altura, donde se observaba el pasto kikuyo, nuestro guía nos explicaba que nos encontrábamos un lugar donde la regeneración natural contaba la historia de viejos potreros destinados a la ganadería, sin embargo desde hace algunos años se viene desarrollando la sucesión secundaria de la vegetación y habían prosperado aquellas especies de árboles pioneros y crecimiento rápido como el arboloco, Smallanthus piramidalis, y el chusque Chusquea scandens, adaptadas para crecer en zonas abiertas y disturbadas.

El arboloco es fundamental porque puede acondicionan el lugar para el crecimiento de otras especies a medida que ofrece sombra, humedad y cobertura vegetal, además de alimento para la avifauna y las abejas.

Continuando con nuestro recorrido alcanzamos el bosque alto andino ubicado a 3100 msnm, a nuestro paso encontramos árboles de roble y gaques, hermosas orquídeas pequeñas, quiches o bromelias y algunos pinos colombianos sobrevivientes a la explotación de su madera.

Este ecosistema nos revela la importancia de las alianzas estratégicas, la naturaleza cuenta con importantes asociaciones simbióticas para beneficiarse y sobrevivir, por ejemplo las bromelias o quiches son plantas epífitas adaptadas para crecer en árboles, aprovechándose de su altura para alcanzar la luz solar, ellas obtienen los nutrientes y la humedad del aire que las rodea, no del árbol que las hospeda, razón por la cual no le generan ninguna afectación, en este caso se trata de una relación de comensalismo.

En el sendero también encontramos enormes árboles caídos, con presencia abundante de hongos, los cuales representaban el surgimiento pleno de la vida, ya que a partir de la descomposición de esta materia orgánica quedaban disponibles nuevamente los nutrientes necesarios para abonar el suelo y permitir el surgimiento de nuevas plantas.

Respecto a la fauna del lugar, encontramos evidencia en marcas  un árbol de roble de un roedor, el tinajo Agouti taczanowski, especie que se alimenta de las bellotas de Quercus humboldtii.

aveNuestro guía nos había advertido la dificultad que representaría la observación de aves por el horario de nuestra visita, ya que sus hábitos de forrajeo son al amanecer y al atardecer, de hecho sorprendía el carácter silencioso del bosque, sin embargo tuvimos una maravillosa experiencia. Inesperadamente aparecieron al lado del camino, muchas especies diferentes de aves con sus sonidos distintivos, se trataba del paso de una bandada mixta, este conjunto de varias especies de aves se había asociado en busca de alimento y protección, su encuentro fue fascinante y fugaz; ya que no duró unos cuantos minutos; sin embargo pudimos contemplar las diferentes aves que integraban la bandada antes de que continuaran su recorrido.

Llenos de emoción por el encuentro con la bandada mixta hicimos una comparación entre este maravilloso grupo de aves conformado por diferentes especies asociadas con un objetivo el objetivo común de protegerse y alimentarse; con los integrantes del Movimiento Ambientalista Colombiano, quienes desde diferentes profesiones y sentires nos hemos unido con el objetivo de proteger nuestra casa común el planeta Tierra.

El camino nos aguardaba más sorpresas y encuentros fascinantes, a pocos metros tuvimos la oportunidad de observar la pava andina Penelope montagnii, esta ave familiar de las gallinas es de gran tamaño y tiene la posibilidad de aumentar sus poblaciones cuando se desarrollan procesos de conservación y restauración, esto quiere decir que es una especies importante por su buena capacidad  de recuperación.

frailejonDespués de 3 horas de caminata, la vegetación se conformaba por arbustos de menor altura, indicando que ascendíamos al ecosistema de subpáramo, aquí predominaban especies vegetales de la familia de las Ericaceas, como la uva camarona Macleania rupestris, además de árboles de encenillos Weimania rupestris, entre otras especies.

El tramo final del recorrido para alcanzar la laguna resultó ser el más exigente, esta parte del sendero se conoce como “la pared” debido al grado de dificultad en el ascenso debido a la empinada pendiente y el terreno escarpado. En este punto se puso a prueba la tenacidad y fortaleza de los caminantes, las condiciones del clima cambiaron rápidamente cuando alcanzamos el páramo, el frío y el cansancio empezaban a apoderarse de los integrantes del equipo; sin embargo estas condiciones permitieron que surgiera la solidaridad y el optimismo para fortalecernos como equipo a alcanzar el objetivo de la laguna.

Finalmente llegamos a nuestra meta, a nuestro alrededor se observaban los imponentes frailejones y pastizales y en medio de la capa de niebla el imponente espejo de agua de la laguna de Iguaque. Una vez en este lugar fue fácil comprender las razones para el surgimiento del mito creacional muisca en este lugar, entendimos que nuestro privilegio era el poder encontrarnos en este lugar sagrado.

meta

Imposible no reflexionar en la laguna de Iguaque, sobre la importancia de nuestro páramos como ecosistemas proveedores de agua, donde se destila el precioso líquido que sustenta la vida y nuestra gran responsabilidad en su cuidado y protección.

El regreso también fue bastante exigente, ya contábamos con pocas horas de luz, y el terreno además de empinado estaba completamente resbaloso, sin embargo ninguna caída nos impidió disfrutar esta maravillosa experiencia de caminar juntos, reír y compartir.

Colombia es un país extraordinariamente rico y biodiverso, lleno de hermosos paisajes, este recorrido nos enzeñó desde la ecología algunas de las poderosas relaciones que sustentan la vida, pero lo más importante es que nos recordó desde nuestro corazón el compromiso individual y colectivo que debemos tener por la conservación y cuidado de nuestros ecosistemas y la cultura, como bien lo afirmada el ecólogo africano Baba Odium:

“Al final conservaremos sólo lo que amemos, amaremos sólo lo que entendamos, entenderemos sólo lo que se nos enseñe”.

En conclusión nuestro recorrido por el Santuario de Fauna y Flora de Iguaque, nos confirmó la importancia del conocimiento ambiental y cultural de estos maravilloso escenarios; así como también la importancia de nuestro amor por la tierra, que nos lleva a adquirir un compromiso cada vez mayor como guardianes de la creación.

 

Xiomara Zuluaga  /  Ecóloga  / Movimiento Ambientalista Colombiano

Twitter: @PalabraDeAguaXZ

 

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