REVISIÓN DE LOS IMPACTOS DE LA  NUEVA “EDAD DE PLÁSTICO

Historiadores y arqueólogos han definido los periodos de la humanidad de acuerdo a los materiales que han generado impacto y cambios en esta: La Edad de Piedra, de Bronce o de Hierro. El período actual de la historia humana ha sido llamado por  científicos como la “Edad de Plástico” o “Plasticeno” (Thompson, Swan, Moore y vonn Saal, 2009) y aunque no ha sido nombrada oficialmente, se han realizado convocatorias para su designación (Lewis, 2016).

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Figura 1. Producción global de plásticos y tendencias futuras. Pravettoni (2016).

Los plásticos, son polímeros orgánicos derivados de  hidrocarburos, como por ejemplo el policloruro de Vinilo (PVC), el polietilen tereftalato (PET), el poliestireno (PS) y el polipropileno (PP) (Anderson, Park y Palace, 2016). Los plásticos son prácticamente omnipresentes debido a su versatilidad y características que lo convierten en un material ideal para la manufactura de productos de uso cotidiano: diversidad de sus polímeros, bajo costo, fácil adquisición, flexibilidad, peso liviano, durabilidad, fortaleza, resistencia a la corrosión y aislamiento térmico y eléctrico. Las propiedades anteriormente  mencionadas, hacen de los plásticos un material atractivo y lo convierten en elemento estructural fundamental en variedad de productos: ropa, zapatos, en aparatos tecnológicos, material médico, piezas de vehículos, en la tarjeta de crédito, elementos de aseo personal e incluso como envoltorio de los alimentos de consumo diario (Andraby y Neal,  2009).

Pese a no ser considerados residuos peligrosos, los residuos plásticos tienen implicaciones ambientales, económicas y sociales significativas que suelen pasar desapercibidas, y hacen parte de una problemática de gran impacto y escala…. (González y Manhini, 2003). Los atributos que permiten la amplia aplicabilidad de los polímeros, convierten al plástico en una amenaza global, debido a su producción masiva sin planes para su gestión y disposición final, los aditivos agregados durante su producción con el fin de mejorar sus propiedades son tóxicos y permanecen en el ambiente por largos períodos,  además de absorber y transportar  contaminantes orgánicos persistentes (COPs). ((Hammer J, Kraak MH y Parsons JR, 2012),Mato et al., 2001).

El plástico ha sido utilizado como material por alrededor de un siglo (Gorman, 1993) y su producción masiva inició” a comienzos de 1950. El constante crecimiento en la utilización y aplicación de este material generaron un cambio en los patrones de consumo, pasando de materiales re-utilizables a una cultura de desecho. Como resultado, la cantidad de plásticos en rellenos sanitarios aumentó de menos del 1% en 1960 a más de un 10% para el 2015 en países de ingresos medios y altos (Jambeck, Geyer, Wilcox, Siegler, Perryman, Andraby, Narayan y Law, 2015). Se estima que alrededor de 8300 millones de toneladas métricas de plástico han sido producidas, de las cuales para el año 2015, se habían generado aproximadamente 6300 toneladas métricas de desechos plásticos, de los cuales sólo el 9% había sido reciclado, el 12 % incinerado, y el 79 % acumulado en rellenos sanitarios o en los ecosistemas (Geyer, Jambeck y Law, 2017). Alrededor del 50% del plástico mundial producido es de vida corta, y la literatura estima que alrededor de 8 millones de toneladas del plástico producido es vertido en los océanos anualmente (PlasticsEurope, 2016).

Entonces, ¿Cuál es el problema?

Los numerosos beneficios que el plástico ofrece como material, han facilitado a la sociedad su uso cotidiano y múltiple aplicabilidad, sin embargo, el consumismo y la cultura del uso y desecho, hacen que la generación de residuos plásticos ocurra de manera masiva y continua (Hardesty D y Wilcox C, 2014). Teniendo en cuenta que  es un material inorgánico que tiene alta durabilidad (entre 100 y 1000 años para degradarse dependiendo de su composición química) se interpreta que no se incorpora fácilmente a los ciclos naturales, permaneciendo por largos periodos y afectando de diferentes maneras los lugares donde quedan dispuestos o acumulados (González y Manhini, 2003).

Los plásticos al ser ligeros tienen la habilidad de ser fácilmente transportados por el viento y de flotar en los cuerpos de agua hasta llegar al mar y desplazarse alrededor del planeta a través de corrientes marinas (Hammer et al., 2012). Su durabilidad ha provocado su acumulación en hábitats naturales desde los polos hasta la línea del Ecuador, impactando el paisaje de ecosistemas terrestres y acuáticos, su acumulación  no es tomada en cuenta en lugares remotos e inhabitados. Llegando a grandes volúmenes de acumulación de este elemento (Barnes, Galgani, Thompson y Barlaz, 2009). A su vez, la presencia de plástico puede modificar los elementos del ambiente, como ocurrió en Playa Kamilo (Hawaii), donde científicos hallaron un tipo de roca formada por la aglutinación de arena, fragmentos de coral, roca volcánica y plástico fundido al cual llamaron “plastiaglomerado” (Corcoran, Moore y Jazvac, 2014).

Una vez en los ecosistemas, el plástico permanece por años y durante este tiempo sufre procesos de meteorización por acción del oxígeno, la luz ultravioleta y la acción microbiana; transformándose en fragmentos de menor tamaño y convirtiéndose así en un riesgo para la biodiversidad e indirectamente la salud humana. El plástico acumulado en los ecosistemas marinos afecta a la vida silvestre de dos formas: mediante enredamientos y la ingestión de fragmentos o microplásticos (Wilcox, Van Sebille y Hardesty, 2015).  Estudios recientes llevados a cabo por el Convenio de Las Naciones Unidadas para la Diversidad Biológica reportan alrededor de 600 especies afectadas por  la ingestión de microplásticos los cuales generan bloqueos intestinales, daños tisulares y migración química de sustancias tóxicas (Teuten, Saquing, Knappe, Barlaz, Jonsson y  Bjorn, 2009).

aves muertas por plastico

Contenido estomacal de una cría de albatros. [Fotografía de Chris Jordan]. (2009). Archivo fotográfico de Midway Atoll National Wildlife Refuge, via U.S. Fish and Wildlife Service Headquarter.

Los fragmentos de plástico flotantes además de ser ingeridos, pueden ser fácilmente colonizados por microorganismos marinos, facilitando así el transporte y la introducción de especies invasoras (Thompson et al., 2009). Uno de los efectos más visibles causados por los plásticos en los ecosistemas marinos son enredamientos de diversas especies como mamíferos, tortugas y aves en mallas, anillos de “six-pack” y aparejos de pesca, dificultando su locomoción y generando que el intento de escape muchas de estas especies pierdan extremidades o mueran (Hammer et al., 2012).

foca atrapada

Foca atrapada en aparejos de pesca perdido o abandonados. [Fotografía de Nels Israelson].(Noviembre 3 de 2010). Archivo fotográfico de Great Pacific Patch. En: tedxgp/Flickr

Los diferentes aditivos químicos agregados durante la fabricación de polímeros, tales como retardantes de llama, estabilizadores, y antioxidantes son de tamaño molecular por lo que pueden liberarse de los plásticos al ambiente. Al ser de naturaleza lipofílica,  tienen la capacidad de penetrar las membranas celulares e interactuar bioquímicamente con macromoléculas estructurales y generar efectos tóxicos como el caso del ftalato y del bisfenol A  (Thompson, et al, 2009). Los aditivos plásticos una vez filtrados al suelo pueden pasar a los cuerpos de agua donde son absorbidos por el plancton, y estos a su vez ser consumidos por peces comerciales pequeños  convirtiéndose en parte de la cadena alimenticia humana (Comanita, Hlihor, Ghinea y Gavrilescu, 2016). En diversos estudios, el ftalato y el bisfenol A, han funcionado como disruptores endocrinos, afectando la reproducción y el desarrollo de algunas especies como peces, anfibios y crustáceos (Hammer et al., 2012).  Las problemáticas provocadas por la “Era del Plástico” requerirán un cambio cultural a través de una combinación de educación, incentivos y regulación. Las herramientas educativas, como el código de identificación de plásticos en las botellas, campañas de reciclaje y demás programas de concientización proporcionan conocimientos esenciales para el público, una mayor participación y conllevan a cambios en los patrones de consumo humano ya que generan una mayor responsabilidad la cual es un ingrediente fundamental para mitigar este problema. En el caso de los depósitos por las botellas, un incentivo económico, pueden llegar a reducir en un 75%  las pérdidas en el medio ambiente según estudios realizados en costas de Los Estados Unidos y Australi (Qamar, Hardesty, Lawson, Opie y Wilcox, 2018). Las regulaciones, como las prohibiciones recientes sobre botellas de bebidas desechables, bolsas, plásticos de un solo uso y fumar en las playas pueden reducir aún más el problema (Hardesty et al., 2014).

Dados los múltiples impactos negativos y aún desconocidos que tiene el plástico en el ambiente y la salud humana, es necesario actuar urgentemente para reducir nuestra dependencia de plásticos innecesarios e impedir su llegada a los ecosistemas terrestres y marinos. Además, es importante la participación ciudadana, la de las instituciones educativas, sector productivo, organizaciones  gubernamentales y no gubernamentales en programas de remoción y limpieza de sitios comunes como parques, riberas, cuerpos de agua y playas para evitar la acumulación y la fragmentación de plásticas y su respectiva llegada a los mares.


Referencias

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  • Andraby, A.L y Neal, M. A. (2009) Applications and societal benefits of plastics. Phil. Trans. R. Soc. B (Vol 364, 1977-1984).
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  • Hardesty D., Wilcox C. (2014). The oceans are full of our plastic – here’s what we can do about it. En: https://theconversation.com/us
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  • Wilcox C., Van Sebille E., Hardesty B. D. (2015). Threat of plastic pollution to seabirds is global, pervasive, and increasing. PNAS 2015 September, 112 (38) 11899-11904, DOI:10.1073/pnas.1502108112

AUTORES: Maristella Álvarez, Diana Reina

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